Beber agua no potable puede representar serios riesgos para la salud debido a la posible presencia de microorganismos, químicos y contaminantes físicos. Los principales riesgos son:
1. Enfermedades infecciosas
- Bacterias: Como Escherichia coli (E. coli), Salmonella o Vibrio cholerae (causante del cólera).
- Virus: Como rotavirus, hepatitis A o norovirus.
- Parásitos: Como Giardia lamblia y Cryptosporidium.
Estas infecciones pueden provocar síntomas como diarrea, vómitos, fiebre y deshidratación severa. En casos extremos, pueden ser mortales, especialmente en niños, ancianos o personas con sistemas inmunológicos debilitados.
2. Intoxicación por químicos
- Metales pesados: Como plomo, arsénico, mercurio o cadmio, que pueden causar daño a los riñones, el hígado y el sistema nervioso.
- Pesticidas y fertilizantes: Asociados con problemas hormonales, neurológicos y cáncer.
- Cloro y subproductos de desinfección: En niveles elevados, pueden aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer.
3. Contaminantes físicos
- Sedimentos: Que pueden obstruir los sistemas digestivos.
- Microplásticos: Relacionados con posibles efectos tóxicos en el organismo a largo plazo.
4. Problemas a largo plazo
- Enfermedades crónicas como cáncer, daño hepático o renal.
- Problemas de desarrollo en niños debido a la exposición prolongada a contaminantes.
Prevención
- Hervir el agua: Mata microorganismos peligrosos.
- Filtrar: Usar filtros adecuados para eliminar sedimentos y contaminantes químicos.
- Purificar: Usar tabletas o gotas desinfectantes si no hay acceso a agua potable segura.
- Consumir agua embotellada o tratada en áreas donde no se garantiza la potabilidad.