El agua extraída de pozos tiene características que varían dependiendo de la profundidad del pozo, la geología del terreno y la cercanía a posibles fuentes de contaminación. Sin embargo, hay varias características generales que se pueden observar en el agua subterránea obtenida de pozos:
1. Composición mineral
- Presencia de minerales disueltos: El agua subterránea tiende a tener una mayor cantidad de minerales disueltos en comparación con el agua superficial. Los minerales comunes incluyen calcio, magnesio, hierro, manganeso, sodio, potasio y bicarbonatos.
- Dureza: Debido a la presencia de calcio y magnesio, el agua de pozo suele ser más dura, lo que puede generar depósitos de sarro en tuberías y electrodomésticos.
2. Pureza y filtración natural
- El agua de pozo generalmente pasa a través de varias capas de suelo y roca, lo que actúa como un filtro natural, eliminando muchas impurezas físicas y algunas contaminantes químicos.
- Menor turbidez: La turbidez, o la presencia de partículas suspendidas, suele ser más baja en el agua de pozo en comparación con el agua superficial (ríos o lagos), lo que la hace más clara.
3. Ausencia de productos químicos de tratamiento
- El agua de pozo generalmente no contiene productos químicos como cloro, que se añaden al agua tratada municipal. Esto puede ser una ventaja en términos de sabor y salud, pero también puede ser un riesgo si el agua no se desinfecta adecuadamente.
4. Contenido de gases disueltos
- Puede contener gases disueltos como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) o sulfuro de hidrógeno (H2S). Este último puede dar al agua un olor a huevo podrido, común en zonas ricas en azufre.
5. Variación de temperatura
- La temperatura del agua de pozo tiende a ser constante y está relacionada con la profundidad del pozo. Generalmente es más fría en comparación con el agua superficial y permanece en un rango estable durante todo el año.
6. Sabor y olor
- El sabor del agua de pozo puede variar según el contenido mineral. A menudo, el agua con minerales como hierro o manganeso puede tener un sabor metálico. Si el pozo está contaminado con materiales orgánicos o sulfuro, puede tener un olor desagradable.
7. pH
- El pH del agua de pozo varía dependiendo de la región geológica. Puede ser ácido (pH < 7) en zonas con suelos ricos en materia orgánica o en áreas de actividad minera, o alcalino (pH > 7) si el suelo es rico en rocas calcáreas.
8. Posibles contaminantes
- Aunque el agua de pozo puede ser muy pura, también es susceptible a la
contaminación de diversas fuentes:
- Aguas residuales o sistemas sépticos cercanos que pueden filtrar bacterias como
E. coli o
coliformes fecales.
- Agricultura: Fertilizantes y pesticidas que pueden contaminar el agua con nitratos, nitritos o productos químicos peligrosos.
- Actividades industriales: Productos químicos como metales pesados (plomo, arsénico, cadmio) o disolventes industriales.
- Contaminación natural: En algunas zonas, la presencia de metales como
arsénico
o
radón
puede ser natural debido a la geología local.